FARO DE VIGO
Reconoce que necesita mejoras a nivel "estructural" que "no pueden esperar". La licitación de una obra lleva meses y no ofrece plazos. Desde 2008 se viene aplazando esta inversión

Serie de imágenes del Meixoeiro: toallas en las ventanas, goteras y humedades en interior y exterior. / FDV
La Consellería de Sanidade admite que el hospital Meixoeiro presenta "graves deficiencias en su estructura que se están magnificando por la climatología adversa de este invierno". Rocío Mosquera, Alberto Núñez Feijóo y ahora también el director xeral de Asistencia Sanitaria, Félix Ruibal, reconocen que el plan de la Xunta era acometer la reforma integral sin pacientes dentro una vez que entrase en funcionamiento el nuevo hospital de Beade. Pero el proyecto comprometido inicialmente por el bipartito para 2010 ha sufrido reiterados retrasos y el cierre de al menos 36 camas en uno de los meses del año con mayor presión asistencial exigen soluciones a más corto plazo.
"Había un plan para hacer las obras con el edificio vacío y no ocasionar molestias, pero la realidad ha demostrado que va a ser imposible esperar y tendremos que hacer la obra de forma segregada", explica Félix Ruibal a FARO. Cuestión bien distinta es arrancar a la Consellería de Sanidade una fecha aproximada para higienizar las habitaciones a las que se filtra agua o la inversión disponible. Ni la conselleira, ni Feijóo o el responsable de Asistencia Sanitaria ofrecen plazos. "Hay que evaluar los daños y ver cómo se resuelven. Es imposible hacer obras de de inmediato tanto por los plazos administrativos que exige la Ley de Contratos del Sector Público como por factores climatológicos evidentes", apunta Ruibal.
"El hospital Meixoeiro va a seguir formando parte del Chuvi cuando abra el nuevo hospital y tiene necesidades de mejora urgentes. Hay que hacer cambios a nivel estructural", admiten desde Sanidade, que por ahora no concreta detalles de la reforma ni su alcance. La necesidad de reformar las fachadas y la cúpula del Meixoeiro se incluyó en el plan director de infraestructuras sanitarias de la Xunta en enero de 2008. La obra está pendiente desde hace un lustro y se ha postergado primero con la intención de esperar a la apertura del nuevo complejo de Beade, y después por la falta de fondos movilizados desde Santiago.
El mensaje enviado por el Sergas a los profesionales desde que en diciembre empeoró la situación del centro, con las zonas comunes cubiertas de cubos y toallas en las ventanas para evitar corrientes, es que la sucesión de temporales era el principal foco del problema. Pero las llamadas de atención a la Gerencia datan de hace seis y siete años. "El Meixoeiro se cae a trozos debido a la falta de diligencia de la Consellería, que ya era consciente del progresivo deterioro desde hace años", apuntan desde el sindicato médico Omega. El personal de Enfermería ha documentando las incidencias durante los últimos años y su delegada en Vigo, Malules Carbajo, asegura que incluso se llegó a ofrecer un amplio dossier al gerente para que viese el estado de las plantas de hospitalización.
Servicios centrales
Los problemas se arrastran desde hace más de un lustro. "Hemos sentido la pasividad de los distintos gestores hasta llegar a esta grave situación. La Gerencia echa balones fuera y nos remite a los servicios Centrales del Sergas", apunta Araceli Loureiro, trabajadora del centro y miembro de CC OO. Lamenta "la atención indigna que se está dando a los pacientes" puesto que el cierre de camas que el sindicato eleva a 41 coincide con una elevada incidencia de procesos respiratorios en gente mayor que precisan ingreso y tuvieron que ser derivados a una planta reabierta en el Cíes y al hospital de Fátima. El personal sanitario describe que en las habitaciones más afectadas el agua corre por las paredes. "Hay manantiales en diversas dependencias", subrayan.
El Sergas asume que la reforma "no puede esperar", pero no está claro cuándo ni cómo se va a financiar. El jueves el presidente de la Xunta achacó a la falta de acuerdo con las aseguradoras el retraso de la reforma cuando hasta ahora la explicación ofrecida a los sindicatos era que estaba pendiente de la autorización de Sanidade en Santiago y se haría con fondos propios. La conclusión que apuntó Feijóo el jueves es que "haya o no acuerdo con el seguro, hay que solucionar las filtraciones de agua".
La situación se precipitó en pocas semanas debido al abultado número de camas cerradas este año en el Meixoeiro, casi un 10% del total, y la imposibilidad de reabrirlas en pocos días como sucedía en anteriores ocasiones. El problema llegó por primera vez al Parlamento gallego el pasado miércoles coincidiendo con una proposición no de ley del PSdeG sobre el nuevo mapa de derivaciones sanitarias. "El Meixoeiro lleva casi una década con corrientes y humedades", le recordó a la conselleira la diputada de AGE Eva Solla, enfermera y antigua trabajadora del centro, mientras la socialista Carmen Acuña aprovechaba su intervención para invitar a Feijóo "a visitar el Meixoeiro" y conocer la opinión de los profesionales que allí trabajan
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