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Esa imagen fue la chispa que le animó a recuperar esta tradición que se había ido perdiendo con los años. Se lo propuso y lo consiguió. Ha alcanzado mucho más de lo que en un principio podía haber esperado. Se planteó rescatar una fiesta y hoy, décadas después, ha logrado unir a la mayoría de las barriadas ubicadas en la zona en torno a este evento. «Fuimos los primeros en volver a festejar las Candelas. La clave de su éxito es que tiene el apoyo de los vecinos, que se vuelcan. Es tan buena y bonita la experiencia que animo al resto de los barrios de la ciudad a que la celebren también», señala.
Esta tarde la Margen Derecha sumará una edición más de sus Candelas. Aunque fue el barrio del Gurugú el que retomó esta iniciativa, pronto se fueron sumando las zonas limítrofes como Santa Engracia, Las Moreras, El Progreso y San Fernando. A partir de entonces la hoguera se fue ubicando en diferentes lugares hasta que se optó por fijarla en el solar que hay junto a la parroquia Santa Teresa, punto en el que actualmente se hace la fogata.
Las Candelas han ido evolucionando con el tiempo, pero lo que no ha cambiado es su esencia. El evento ha tenido tradicionalmente un espíritu reivindicativo. Desde sus inicios, los vecinos han aprovechado esta jornada para pedir a las administraciones que tomen las medidas necesarias para solucionar sus problemas.
Ahora los colectivos sociales de la zona que participan en esta fiesta realizan una concentración previa a las seis y media de la tarde en el Puente de Palmas para después hacer el desfile que llega hasta el espacio en el que se coloca la hoguera. Las llamas devoran todas las cuestiones que les desfavorecen y aquello que les perjudica. En la fogata se quema todo lo negativo. El acto simboliza la eliminación de los aspectos que no les gustan, evocando la operación que en su día llevaban a cabo los vecinos de la calle Gurugú echando al fuego los enseres que no querían.
Los grupos participantes han llegado a hacer la hoguera en la orilla del río para pedir que se recuperara la margen derecha del Guadiana o junto al Fuerte de San Cristóbal para reclamar su rehabilitación, peticiones que han sido atendidas. El rechazo al paro, los recortes o la discriminación y el apoyo a la paz y los servicios públicos como la educación y la sanidad, han sido también protagonistas de las Candelas.
Este año su lema es 'Pisotean nuestra dignidad' y urgen el pago de la renta básica y una solución para la corrupción, entre otras cosas. Con el tiempo, esta fiesta y sus reivindicaciones se han convertido en una seña de identidad de la zona.
Mientras este aspecto se ha mantenido inalterado, otros se han ido modificando. Antes por ejemplo, la fiesta contaba con muchas y variadas actividades. Desde una matanza didáctica hasta un maratón popular, además de conferencias, conciertos, degustación de migas o un festival folclórico infantil, entre otras. «Se fueron dejando de hacer por falta de presupuesto», señala Cabezas.
«También había teatro y animación de calle. Eran acciones que complementaban la fiesta», subraya Julio Felipe, vocal de Festejos de la asociación de vecinos Santa Isabel. El afán de los organizadores es ir recuperando algunas iniciativas. «Ahora que tenemos un amplio centro cívico en San Fernando esperamos hacer más actividades, aunque dependerá de la disponibilidad presupuestaria». Añade que, a pesar de que la fiesta ha perdido actividades, con el paso de los años ha ido ganando notoriedad.
En esto ha tenido mucho que ver, reconocen Felipe y Cabezas, la celebración de la Tamborada. Se trata de un concurso de percusión que empezó a desarrollarse en la Margen Derecha en 2005 y que atrae a miles de personas de otros barrios.
«Con este certamen las Candelas han ganado público. Carolina Coronado está abarrotada durante el desfile, igual que el parque de San Fernando cuando se desarrolla la Tamborada. Se pueden acercar entre 6.000 y 8.000 personas», apuntan. Antes de que comiencen las actuaciones, se distribuyen hornazos entre los asistentes. Este año se repartirán 2.100.
Felipe sostiene que con la organización de la Tamborada los gastos se incrementan, pero afirma que merece la pena. «Impulsa la fiesta y le proporciona mucho ambiente a la zona». Destaca que uno de los beneficiados del evento es la hostelería. «Hay gente desde por la mañana hasta la madrugada». El otro es el entorno y los propios vecinos. «Nos ayuda a promocionar y dar a conocer nuestros barrios. La gente de otras zonas de Badajoz no suelen venir aquí con frecuencia. Con las Candelas y la Tamborada tienen un motivo para acercarse y se dan cuenta de que esta es una zona normal con gente normal», manifiesta Felipe.
El certamen de percusión, al igual que le ha ocurrido a las Candelas, ha ido creciendo y madurando con los años. Cada vez participan más grupos y el nivel musical es mayor. «La infraestructura y los equipos de sonido que hay son cada vez mejores. De media participan unos 8 o 9 agrupaciones al año, pero en esta ocasión tenemos 11. Tres de ellas son de fuera de Badajoz», asevera.

Tamborada. Julio Felipe posa en la muestra sobre la Tamborada qu
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