IDEAL JAEN
Intentan secar con energía solar este residuo de la molturación y hacen acopio en explanadas en Baños, Santisteban, Jaén, Linares y Mengíbar
El Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil de Jaén, Seprona, está sometiendo a vigilancia varias balsas de orujo denunciadas por supuestas irregularidades en Baños de la Encina, Jaén, Mengíbar, Santisteban del Puerto y Linares. Se está intentando secar orujo dejándolo al sol en explanadas. Una experiencia que se puso en marcha el año pasado en Baños de la Encina y Jaén, y que ya fue objeto de denuncia por vertidos. El temor a que este problema se extienda es el que ha llevado a extremar la vigilancia sobre estas acumulaciones de orujo, según confirman fuentes cercanas al caso. De fondo hay una lucha que puede afectar a toda la industria orujera, hasta ahora receptora exclusiva de los residuos de la molturación y que está obligada a acopiar el orujo bajo exigentes medidas de seguridad que no se aplican a estas explanadas.
El Seprona intenta constatar si a las explanadas de orujo de Baños de la Encina (en una parcela entre el polígono del Guadiel y el casco urbano) sigue entrando orujo para secar. En Instituto Armado tiene constancia de que la Junta retiró la licencia «de prueba» para hacer el acopio de este material. La Consejería de Medio Ambiente comunicó el pasado mes de septiembre que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir tiene conocimiento de «una denuncia efectuada por el Seprona relativa al vertido directo al cauce público del arroyo La Campiñuela de restos líquidos de alpeorujo y de alpechín procedentes de una balsa de acopio de dichos residuos» de la empresa. Si hay vertidos no hay licencia. La empresa responsable de las balsas consiguió el 14 de noviembre de 2012 una autorización «de prueba» para la «adecuación de una campa de acopio de grandes mercancías para almacenamiento temporal de orujo de aceituna». La autorización se expedía de forma «condicionada en cualquier caso a que se demuestre por parte de la empresa la no afección por contaminación a las aguas subterráneas».
La empresa ya anunció en noviembre pasado que no tiraba la toalla, que tenía recurrido el expediente sancionador y que mantenía su apuesta. «Estamos tomando medidas correctoras para solucionar las complicaciones detectadas y no habrá problema para continuar con la actividad. Se le ha comunicado a la administración y estamos esperando respuesta», dijo un responsable de la iniciativa. Los agentes del Seprona, sin embargo, podrían disponer de indicios que apuntan a que este año también hay filtraciones de líquidos contaminantes a parcelas vecinas.
La misma empresa, Bioguadiel, también acopia orujo en una vieja cantera en la carretera entre Jaén y Fuerte del Rey. Sus responsables ya anunciaron que la experiencia se iba a extender esta campaña a más puntos de la provincia. La Guardia Civil tiene constancia de que ya ha ocurrido en al menos otros tres lugares.
Otras empresas
En Mengíbar otra empresa distinta está acopiando orujo en explanadas situadas a muy corta distancia del río Guadalquivir. El Seprona también investiga un detalle en estas balsas: en algunas podría haber crecido hierba. El detalle es «preocupante» indican fuentes cercanas al caso, porque si hay vegetación podría ser señal de que no están totalmente impermeabilizadas, algo indispensable para almacenar orujo. La cercanía del río es otro factor a tener en cuenta.
Las otras dos acumulaciones de orujo que se vigilan están entre Linares y Bailén y en Santisteban del Puerto. Se investiga si estas instalaciones cumplen con todos los requisitos exigibles, como la existencia de balsas para recoger los fluidos que puedan salir de las explanadas habilitadas para el orujo.
Desde Bioguadiel se ha denunciado en varias ocasiones que la industria orujera ha ejercido «todo tipo de presiones» para hacer fracasar su experimento «que beneficia a los olivareros pues consiguen un método para aprovechar su orujo más rentable que el tradicional».
Bioguadiel también ha tenido apoyos. El 25 de febrero pasado el secretario general de UPA-Andalucía, Agustín Rodríguez, envió una carta al consejero de Agricultura (entonces aún era Luis Planas) en la que le recordaba que el proyecto había sido presentado al presidente de la Diputación de Jaén, al director general de Prevención y Calidad Ambiental y al viceconsejero «mostrando todos aparente acogida favorable». Rodríguez denunciaba supuestos «abusos» de las empresas orujeras y pedía «facilitar en lo posible los trámites pertinentes y cesar en el hostigamiento legal a que viene sometiendo a las empresas promotoras».
Los vertidos de orujo dejaron de ser un problema en Jaén en los años 90 tras décadas de estricta vigilancia y multas para conseguir que el sector tomara conciencia.
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