MALAGA HOY
La ordenanza frena el suministro de alimentos, aunque en lo que va de año la Policía Local sólo ha impuesto cuatro multas por dar de comer a estas aves urbanas que se extienden por el paisaje
La Ordenanza para la Garantía de la Convivencia Ciudadana y la Protección del Espacio Urbano, que desde noviembre de 2012 contempla la prohibición de suministrar alimentos a animales vagabundos o abandonados en los espacios públicos, ha frenado la costumbre de dar de comer a las palomas urbanas. Así, aunque el año pasado la Policía Local de Málaga impuso un total de 21 sanciones por alimentar a especies callejeras y 20 en lo que va de año, las multas referidas a las aves, recogidas en un apartado único, solo ascienden a cuatro.
Estas conductas, consideradas infracciones leves, son sancionadas con multas de hasta 500 euros "por razones de salud pública y protección del medio ambiente urbano". El importe de las mismas, según indicó el concejal de Seguridad, Julio Andrade, varía en función del "grado de intencionalidad, el desconocimiento y la reiteración", que pueden "atenuar o agravar el concepto". "La ordenanza es bastante conocida pero hay quien no sabe que no está permitido dar de comer a los animales abandonados, que acaban defecando en zonas monumentales. Muchos creen que hacen un bien pero provoca problemas de higiene e infecciones en la zona. Perjudica a las ciudades y a su entorno", destacó el edil.
La actuación del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento está dirigida por el Servicio de Vigilancia Sanitaria Ambiental, cuyo objetivo estriba en controlar las poblaciones elevadas de palomas. Para ello, se desarrollan dos tipos de actuaciones: una programada -basada en la captura de animales en aquellas zonas en las que su concentración suele ser habitual- y otra a demanda de los ciudadanos que denuncian molestias por la presencia excesiva de estas especies.
Pese a que el número de alimentadores en la vía pública varía cada año, hasta el momento se han detectado 24 puntos de alimentación que se mantienen constantes en numerosas zonas.
Entre las más conocidas, por su frecuencia de peticiones vecinales, destacan calle Gordon, a la altura del número 5, la plaza de las Flores (junto a las terrazas de los bares), del Obispo, de la Merced y de la Marina, que se suman a otras como la barriada de Capuchinos, Alameda Principal, calle Álamos, Salitre y Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso.
Las juntas de distrito han sido las encargadas de determinar en los espacios de mayor afluencia de animales abandonados la ubicación de carteles informativos que alertan sobre la prohibición de darles de comer, lo que, a juicio del responsable de Seguridad, ha contribuido a frenar este fenómeno.
En el caso de las palomas, el principal problema es el depósito de los excrementos que producen, sobre todo, mientras esperan ser alimentadas en los espacios públicos. Debido a los palomares cercanos a las viviendas, los propietarios de éstas suelen quejarse del ruido y de la gran cantidad de insectos que sobrevuelan, como piojos y moscas. Asimismo, la línea 900 también ha registrado quejas por parte de terrazas de bares y restaurantes para advertir sobre las molestias ocasionadas por estas aves.
La cifra estimada de población de palomas establecida en Málaga es de 3.341, de las que 903 se concentran en el distrito centro, 791 en Bailén-Miraflores, 595 en la zona de Cruz de Humilladero y 409 en Carretera de Cádiz. El resto se distribuye de manera desigual en otras barriadas como Campanillas, con 80, Teatinos, donde se contabilizaron 66, y el distrito Este, que registra un total de 189.
Estas conductas, consideradas infracciones leves, son sancionadas con multas de hasta 500 euros "por razones de salud pública y protección del medio ambiente urbano". El importe de las mismas, según indicó el concejal de Seguridad, Julio Andrade, varía en función del "grado de intencionalidad, el desconocimiento y la reiteración", que pueden "atenuar o agravar el concepto". "La ordenanza es bastante conocida pero hay quien no sabe que no está permitido dar de comer a los animales abandonados, que acaban defecando en zonas monumentales. Muchos creen que hacen un bien pero provoca problemas de higiene e infecciones en la zona. Perjudica a las ciudades y a su entorno", destacó el edil.
La actuación del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento está dirigida por el Servicio de Vigilancia Sanitaria Ambiental, cuyo objetivo estriba en controlar las poblaciones elevadas de palomas. Para ello, se desarrollan dos tipos de actuaciones: una programada -basada en la captura de animales en aquellas zonas en las que su concentración suele ser habitual- y otra a demanda de los ciudadanos que denuncian molestias por la presencia excesiva de estas especies.
Pese a que el número de alimentadores en la vía pública varía cada año, hasta el momento se han detectado 24 puntos de alimentación que se mantienen constantes en numerosas zonas.
Entre las más conocidas, por su frecuencia de peticiones vecinales, destacan calle Gordon, a la altura del número 5, la plaza de las Flores (junto a las terrazas de los bares), del Obispo, de la Merced y de la Marina, que se suman a otras como la barriada de Capuchinos, Alameda Principal, calle Álamos, Salitre y Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso.
Las juntas de distrito han sido las encargadas de determinar en los espacios de mayor afluencia de animales abandonados la ubicación de carteles informativos que alertan sobre la prohibición de darles de comer, lo que, a juicio del responsable de Seguridad, ha contribuido a frenar este fenómeno.
En el caso de las palomas, el principal problema es el depósito de los excrementos que producen, sobre todo, mientras esperan ser alimentadas en los espacios públicos. Debido a los palomares cercanos a las viviendas, los propietarios de éstas suelen quejarse del ruido y de la gran cantidad de insectos que sobrevuelan, como piojos y moscas. Asimismo, la línea 900 también ha registrado quejas por parte de terrazas de bares y restaurantes para advertir sobre las molestias ocasionadas por estas aves.
La cifra estimada de población de palomas establecida en Málaga es de 3.341, de las que 903 se concentran en el distrito centro, 791 en Bailén-Miraflores, 595 en la zona de Cruz de Humilladero y 409 en Carretera de Cádiz. El resto se distribuye de manera desigual en otras barriadas como Campanillas, con 80, Teatinos, donde se contabilizaron 66, y el distrito Este, que registra un total de 189.
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